domingo, 5 de diciembre de 2010

Kwevri del Cáucaso, Doliums en Roma y Phitos en la Grecia Clásica

Kwevri
Como dijimos, parece que todo comenzó de forma "ordenada" en el Mar Caspio, del que por cierto, hoy poco nos queda, a agua me refiero.
En el actual país llamado Georgia y en su museo de Tiblisi nos podemos encontrar las famosas ánforas de barro, llamadas kwevri o kvevri que datan según las pruebas de carbono de hasta 6.000 a.C, fueron estas ánforas los primeros recipientes de guarda del vino para su consumo masivo. La Vitis Vinifera ya fuera la sylvestris - silvestre - o la sativa - cultivada -, comenzó a repuntar como un jugo que acompañaba actos ceremoniales no solo en la región del Cáucaso y del Caspio, sino también en el llamado Creciente Fértil, el Tigris, el Eufrates, Asia Menor hasta adentrarse en el Extremo Oriente.
Samarcanda - Uzbekistán (antigua Persia)
En China no existía por aquel entonces la Vitis Vinifera, sin embargo, la Vitis Aestivalis, es decir, la de racimo que compramos para degustar la llegada del día de San Silvestre en España y en algunos países de similar entorno cultural.

La arqueología nos ha mostrado como Persia realizó hacia el año 128 a.C. una gran exportación de vino hacia China de 45,500 litros partiendo de la ciudad comercial de Samarcanda. Aunque los chinos no diferencian en sus crónicas el vino producido por arroz, uva o cualquier otro fruto, podemos asegurar que estas importaciones y las historias dejadas para la Historia por Marco Polo revelan una cierta profusión de vino en la cultura china resguardada en actos rituales y sacramentales.

Según la historio-grafía, el hecho bíblico del Arca de Noé se produjo en donde el Monte Ararat se encuentra, en la frontera actual entre Turquía y Armenia y la propia Biblia, en el Génesis, deduce que una vez terminada la riada, Noé se convirtió en un granjero y plantó un viñedo (Gen. Cap 9)

Gilgamesh - Gilgamés
No obstante, mucho antes de que esta historia fuera escrita consta la llamada, de la mitología sumeria, Epopeya de Gilgamés (o Gilgamesh) que cuenta en su décima tabla dentro de sus peripecias tras una avalancha de agua y alrededor del 1.800 a.C, como encontrándose en la búsqueda de la inmortalidad, entra al Reino del Sol donde encuentra un viñedo encantado cuyo vino en caso de ser bebido le otorgaría la inmortalidad. Es muy probable, piensan algunos especialistas, que esta historia realmente recuerde como las gentes de Mesopotamia, que carecía de Vitis Vinifera, cruzaron la cordillera del Zagros para llegar a la moderna Siria o al Norte (Monte Ararat, Imeretia...) donde encontrar la fuente del vino.

No se libra la mitología persa de estos recuerdos a la fuente de alegría y misticismo que declaraba por todos ser el vino, y es la historia del Rey Persa, semi-mítico, Jamsheed. Cuenta la historia que en su corte se guardaban uvas en ánforas y que algunas debido al calor fermentaban y la podredumbre de la piel se hacía con ellas llenándolas de hongos y quedando licuadas al cabo de semanas. Los miembros de la corte apartaban dicho mejunje pensando en su carácter venenoso y una de la mujeres del harem de Jamsheed víctima del hartazgo creado por los constante dolores de su reiterativa migraña decidió quitarse la vida bebiendo dicha pócima mortal. Nada más lejos de morir, sufrió un arrebato de alegría y desenfreno al que siguió un plácido sueño tan reparador que recibió a su despertar el regalo de la desaparición de la migraña.
Desde aquel hecho, Jamsheed decretó que una cantidad de aquel "vino" debía elaborarse y él y su cohorte beber de el.

Y a todo esto...¿qué ocurría en Egipto?

1 comentario:

  1. Excuse me, but the picture of Mir-i-Arab Medressa in Bukhara was taken by me, and you have used it without my permission or given me credit.

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